Los beneficios del liderazgo consciente

Los beneficios del liderazgo consciente

Ser jefe, a veces, no es fácil. Llegar a ser considerado un líder, menos todavía.  Implica, entre otras cosas, ganarse el respeto y la confianza del Equipo, además de desarrollar la capacidad de influir positivamente en los colaboradores para conseguir buenos resultados y buen clima laboral.

Un reto en el que las prácticas de Mindfulness pueden ayudarnos.

En 1º lugar porque si aspiramos a liderar a otros, 1º hemos de aprender a liderarnos a nosotros mismos y en este terreno la Atención Plena puede jugar un papel importante.

Si pensamos en un líder, difícilmente nos viene a la cabeza alguien impulsivo, más bien al contrario, pensamos en alguien capaz de autocontrolarse (pensamientos, emociones, actos), no-reactivo, que no cae en actitudes de victimismo, que se plantea pequeños objetivos y los lleva a cabo, consciente, además, de la importancia de las relaciones interpersonales.

Todas las anteriores son cualidades del autoliderazgo, el cual implica, por otra parte, conocer, aceptar y tratar de cambiar las limitaciones y miedos personales. Para auto liderarnos necesitamos realizar una evaluación de nosotros mismos, descubrir tanto nuestras fortalezas como nuestros aspectos a mejorar.

El autoliderazgo requiere por tanto autoconciencia.

Solo soy capaz de controlar aquello de lo que soy consciente. Pero aquello de lo que no soy consciente me controla a mí. La conciencia me capacita”, John Whitmore

Es aquí donde el Mindfulness empieza a cobrar sentido, ya que cuando lo practicamos ampliamos la conciencia sobre nosotros mismos y sobre el entorno que nos rodea.

Respecto a la conciencia sobre nosotros mismos, Mindfulness nos ayuda a parar el piloto automático y observar. Observar nuestros pensamientos, nuestros patrones de conducta, nuestras emociones y reconocer cuándo estos nos impiden liderar.

Se trata de tomar un poco de perspectiva. Convertirnos en observadores de nosotros mismos; eso sí, sin juicios, sin críticas; dándonos cuenta de lo que nos queda por mejorar y yendo a por ello con paciencia y amabilidad hacia nosotros mismos.

En esta dirección van algunas prácticas de Mindfulness. Podemos sentarnos 10’ conectados con nuestra respiración y darnos cuenta de los pensamientos que emergen, de las cosas que nos preocupan, de las emociones que predominan en nosotros en un momento dado. Y a partir de ahí desarrollar la capacidad de no dejarnos arrastrar por ellos sino dirigir una y otra vez nuestra atención donde queremos enfocarla en ese momento.

La práctica de cobrar conciencia de las sensaciones de la respiración en el cuerpo se convierte en una herramienta valiosa para volver al presente, sea en medio de una reunión difícil, en una conversación complicada o cuando nuestra mente está llena de distracciones.

Con este tipo de prácticas, se amplían los recursos para gestionar correctamente los pensamientos y las emociones.  Aún en situaciones críticas, el líder que haya desarrollado esta capacidad estará atento a los pensamientos y emociones que surgen; esto le ayudará a no reaccionar impulsivamente y a elegir la respuesta más adecuada en ese momento.

Conectar con uno mismo es además el modo de permanecer conectados con nuestros valores y con nuestra ética, aspectos fundamentales para liderar.

En próximos artículos hablaremos también de cómo el Mindfulness nos ayuda a ampliar la conciencia sobre el entorno que nos rodea y cómo esta ampliación de conciencia puede ayudarnos en el proceso de liderar.

                                                                                                Mara Claramunt Vidal


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