¿Estás alineado? – Sobre vicios, vacíos e incomunicación.
Gracias a numerosos proyectos de Shadowing hemos tenido la oportunidad y el placer profesional de acompañar nuestros clientes en vivo y en directo. Con algunos Directivos hemos incluso compartido aula y hemos podido observar cómo se comunican con los distintos Equipos de Trabajo. Tras años de incontables actos de presencia por nuestra parte en reuniones de diferentes niveles directivos – sobre todo en multinacionales – hemos identificado uchos patrones comunicativos o, por no decir, vicios comunicativos.
Las frases vacías de sentido solamente crean aún más desconexión.
Aunque una de las virtudes de las esferas directivas es precisamente el uso de la palabra, la elocuencia sofisticada, el músculo retórico y la comodidad en las batallas dialécticas existe también un uso a veces desmesurado de frases vacías de sentido.
Frases o expresiones que, debido a una constante sobre-utilización, han sido vaciadas de cualquier mensaje significativo que pudiera haber existido inicialmente, en definitiva, vacías. El vicio se genera cuando se afronta el frustrante hecho de que el mensaje no llega, la gente no responde, nada cambia y todo sigue igual. En tal circunstancia, las personas – tanto Directivos como los demás mortales – con el deseo de hacer llegar el mensaje, utilizan aun más las mismas expresiones huecas consiguiendo un “impacto cero” en la gente. En otras palabras, desconexión.
¿ESTÁS ALINEADO CON ESTAR ALINEADO?
Una de estas expresiones célebres es “estar alineado” ya sea en forma de pregunta directa, indirecta, retórica, inquisitiva, afirmación, slogan, en Mail o nota de postit. Tiene múltiples usos y variaciones como por ejemplo “Estar alineado con los objetivos de la empresa, alinear a los operarios, debemos de alinearnos con la filosofía de la empresa, alinear nuestras conductas y actitudes estar alineado con los estandares, alinearse con la política de la empresa, …” y así hasta el infinito. ¿Estás alineado?
Se escucha particularmente en las grandes multinacionales donde el vocabulario corporativo, los eslogans potentes y la jerga directiva abundan… a veces sútilmente enriquecidos con algún vocablo inglés.
Curiosamente dicha expresión no genera alineación sino frecuentemente indiferencia, incomprensión, a veces molestia e inevitablemente incomunicación con los equipos de trabajo. Cuanto más sobre-utilizada la expresión, más vacuidad comunicativa. Es más, el grado de vacuidad creado es directamente proporcional a la sobre-utilización de la expresión. Y “estar alineado” es sólo una de ellas.
“El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.” Confucio
He aquí unos breves ejemplos de la vida real. Imaginémonos una reunión dirigida por un Directivo hablando con sus Mandos Intermedios y Staff Técnico de su departamento. Lo que ocurre aquí podría estar ocurriendo en cualquier empresa, en cualquier parte del mundo y en cualquier momento:
Directivo diciendo: Esta semana, la alta Dirección nos pide mayores esfuerzos para alinear la operativa con la estrategia empresarial.
Asistente pensando: ¿Alineados, el qué? – No entiendo lo de “alineados”.
Directivo diciendo: Tenéis que estar más alineados con los objetivos del Departamento.
Asistente pensando: ¿No lo estamos? – Trabajamos como siempre. Que alguien me lo explique.
Directivo diciendo: Aun estamos lejos de llegar a cumplir los objetivos del Dpto. Lo que ahora realmente importa es que nos alineemos aun más con lo necesita la empresa.
Asistente pensando: …hombre claro, y lo que necesito yo y mi gente no importa. Tengo un 15% de absentismo y apenas puedo cubrir los puestos. ¿Cómo vamos a cumplir con los objetivos de la empresa? Lo que realmente necesitamos ahora es más gente.
Directivo diciendo: Necesitamos seguir más los procedimientos y estandares. Necesitamos alinearnos más que nunca con los estandares de la empresa.
Asistente pensando: Me encantaría seguirlo todo al pie de la letra pero no sé cómo. Me falta gente, no tengo tiempo, hay “incendios” por todas partes, todos los días hago 12 horas que ni siquiera me las pagan. Dime cómo puedo hacerlo.
Directivo diciendo: Recordad que solo podemos hacer bien nuestro trabajo si nuestra gente también está alineada. Sin ellos no somos nadie, dependemos de ellos al 100% pero claro, tienen que estar alineados con el resto de la gente y con la empresa.
Asistente pensando: Bueno, ahora el super-speech para el Equipo. La gente pasa de ese rollo corporativo y sigue sin entender qué significa lo de estar alineado.
¿Qué ocurrirá cuando finaliza la reunión y cuando todo el mundo se levanta? Lo peor, nada.
Normalmente el desenlace es el siguiente: la mayoría de los asistentes se calla, piensa “otra charla más” y sigue con su trabajo como si nada, nadie tiene realmente claro qué es lo que tienen que hacer ahora de forma diferente, la mayoría posiblemente percibirá más presión y, en definitiva, algunos llegarán a sentirse un poco más frustrados porque no han escuchado palabras de ánimo ni muestras de apoyo.
¿Qué grado de alineación entre empresa y personas se ha conseguido con el mensaje? No conteste, es una pregunta retórica.
En definitiva, en pocos minutos se ha generado una situación en la que la desconexión entre Dirección y el resto se hace patente. Ante la pregunta ¿Por qué la gente no está más alineada? la respuesta es “falta de comunicación”. Correcto. ¿Tiene remedio? Sí, y es más fácil de lo que pensamos pero tenemos que abandonar algunos vicios para no crear vacíos comunicativos.
6 pasos para conectar de verdad con un Equipo de Trabajo.
Si realmente queremos conectar con los Equipos de Trabajo, en definitiva, comunicarnos con ellos y conseguir ganarnoslos para que hagan lo que haga falta en pro de la empresa – o sea, “alinearles” – hagamos lo siguiente:
1 – Escuchar más y hablar menos: Una recomendación evidente y casi una frase sobre-utilizada pero no tiene misterio ni doble lectura. En cualquier caso, para muchos la recomendación más difícil.
2 – Escucha los primeros indicios de frustración: “Me gustaría hacerlo bien pero no puedo porque …” es un grito de socorro con voz baja pero claro e inequívoco. Podría ser una queja gratuita del quejíca de turno pero normalmente es una petición de ayuda, apoyo, consuelo, asesoramiento, recursos, etc. Para el responsable del equipo es obligatorio indagar en las necesidades de la persona si no quiere perder prestigio y credibilidad, en fin, liderazgo.
3 – Escucha los primeros indicios de frustración – y no obviarlos/atenderlos con “más de lo mismo”: Al no saber cómo ayudar a la gente a resolver sus problemas, algunos Directivos optan por repetir el mismo mensaje una y otra vez como si fuese un mantra mágico capaz de resolver cualquier problema. Ante “me gustaría hacerlo bien pero…” contestan redundantemente “…ya pero tenemos que alinearnos con la dinámica de la empresa” y una vez más “…ya pero la alineación…” lleva a las personas de la frustración a la desesperación. Queda prohibido el “más de lo mismo”.
4 – Adaptar nuestro lenguaje a la realidad del Equipo primero: Esto significa usar la lógica y el lenguaje de la gente a la que nos dirigimos. El lenguaje de los Operarios y Jefes de Equipo suele ser claro, directo y operativo. Acostumbrémonos a conectar con su realidad y con ellos – siempre estaremos a tiempo de enseñarles la jerga de los Managers.
Para que las cosas funcionan mas allá de las reuniones de alto nivel donde reinan la terminología estratégica, los Powerpoints estilizados y la retórica corporativa, los directivos necesitan “bajar a la tierra” y adaptar su comunicación e interacción a sus Equipos de Trabajo.
5 – Escucha los silencios: A veces, en una reunión, el silencio se confunde con el conformismo. “El que calla otorga” normalmente se convierte en “el que calla, pasa de todo”, “el que calla, no entiende nada”, “el que calla, está a punto de explotar pero prefiere no decir nada”, etc.
Los silencios son síntomas, indicadores, KPIs comunicativos y nos deben de alertar de que algo está fallando. Aprovechemos los silencios.
6 – Manten el mensaje igual pero cambia su forma: La mejor forma de vaciar una expresión de sentido e impacto es repetirla hasta la saciedad. Como los eslogans – están bien en un cartel pero utilizarlos en exceso debilita su esencia. La gente nos agradece que nos calentemos un poco la cabeza cuando hablamos con ella.
Tras años de haber “tocado mucha planta” en entornos productivos hipercompetitivos, sabemos que buena parte del personal trabaja y vive al límite: los plazos son siempre cortos, los fallos salen caros, los recursos son escasos, el tiempo no existe y si existe vale oro, el ritmo de producción siempre frenético, las exigencias altas, el apoyo por parte de los superiores fluctuante e imprevisible, el reconocimiento una palabra extraña, la “extinción de fuegos” constante, etc. Con este panorama el personal necesita apoyo real, necesita que se le facilita el trabajo, más que cualquier otra cosa.
La alineación es al fin y al cabo una consecuencia lógica que no surge de charlas corporativas sino surge naturalmente de escuchar, apoyar y reforzar al personal. En definitiva, la alineación del personal no ocurre mediante palabras sino mediante hechos.